Camino online III
junio 12, 2020
Camino online V
junio 26, 2020
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Camino online IV

UGANDA

MONASTERIO DE CRISTO REY

El Monasterio de Cristo Rey fue fundado  en 1983, adquirió el rango de Priorato Simple en 1993 y solo recientemente, el 16 de marzo de 2020, fue elevado a Priorato Conventual. En esta nueva condición,  la comunidad afronta el reto de dar continuidad a la visión del fundador y a la expresión de nuestro carisma monástico y misionero. 

La nuestra es una comunidad joven y vibrante de 39 monjes,  la mayoría de ellos  hombres jóvenes por debajo de los 35 años. Con esto queremos decir que la comunidad tiene un gran potencial.  

Dirijimos un cierto número de proyectos que comprenden: la granja, la agroforestería, la escuela de capacitación vocacional, el hospital oftalmológico, el dispensario, la casa de huéspedes y el programa de asistencia social. Todos estos proyectos reflejan nuestra Misión y Visión en tanto que comunidad monástica. 

Como cualquier otra institución,  la comunidad se enfrenta a un buen número de desafíos y dificultades. Siendo como es una organización sin ánimo de lucro, la financiación de los proyectos ha sido siempre difícil puesto que dependemos de las donaciones. Nuestra situación se ha agravado por la pandemia del Coronavirus. Debido al confinamiento el trabajo en el monasterio está prácticamente paralizado. Unos 120 empleados permanecen en sus casas. Todos los departamentos están operando bajo mínimos o bien están cerrados. En esencia nuestro apostolado se ha visto seriamente afectado y nuestros ingresos se han desplomado.Pese a todo ello, sabemos que estamos en manos de Dios y creemos en que Dios nos ayudará a superar el trance de la pandemia y a restaurar la esperanza en la vida

 

Pese a todo ello, sabemos que estamos en manos de Dios y creemos en que Dios nos ayudará a superar el trance de la pandemia y a restaurar la esperanza en la vida. 

REFLEXIÓN

21 Junio

Nuevos paisajes

Rev Peter Hullah, miembro de la Confraternity of Saint James

Hola, soy Peter y voy a ser vuestro guía con esta reflexión. Es un placer charlar con vosotros desde nuestra casa en el Lake District, una zona verde y placentera de Inglaterra. No estamos lejos de muchos hermosos paseos y de una de nuestras principales autopistas. 

Al comienzo del relato bíblico Dios le dice a Abrahán que deje su tierra y viaje a un lugar desconocido. Deja tu tierra y dirígete a la tierra que yo te mostraré y serás bendecido.

Así empieza la historia de Dios. Deja atrás las seguridades y aventúrate más allá.

Crecí en Bradford,  Inglaterra, y a los 17 años mi propio viaje de descubrimiento dio un giro radical. Le pedí permiso a mis padres para trabajar como profesor voluntario en Kenia antes de ir a la universidad. Deseaba trabajar en algún lugar que no pudiésemos ni tan siquiera encontrar en el mapa -ellos me dijeron: sí,  adelante.  Echando la vista atrás compruebo que el apoyo incondicional de mis padres posibilitó que yo, hijo único, dejase la seguridad del hogar. Fue el mejor de los regalos y, al partir, descubrí más de lo que nunca imaginé. 

Viviendo en Kenia hace ya muchos años, empecé a descubrir mi vocación de profesor y de sacerdote. Conocí de primera mano la amistad y la acogida que están tan cerca de la superficie en África. Después viajé a Uganda en autobús y me detuve en Tororo. Recuerdo bien la plaza del mercado y hoy es un privilegio estar conectado en oración con el monasterio de Tororo. De un modo extraño siento que os conozco. Durante cinco décadas he experimentado la riqueza de la amistad y la generosidad africanas, sea promoviendo la educación en Sudán y al sur de Sudán, sea subiendo pole pole, despacio, despacio, a la cima del Kilimanjaro. Sorprendentemente lo he hecho en cuatro ocasiones en el curso de mi vida en compañía de las personas más queridas. Y cada vez, aunque la montaña parece siempre un poquito más empinada, la vista desde la cumbre  parece diferente y mi visión del mundo cambia.

De vuelta a Inglaterra en los años 70, trabajando como profesor novicio, descubrí Santiago y el Camino. Me gusta creer que esas peregrinaciones con grupos de jóvenes contribuyeron a forjar nuestra identidad cristiana. A medida que viajábamos, crecíamos, y, al mirar hacia delante, se nos presentaban nuevos retos que podíamos abordar mediante la enseñanza, el compañerismo y la oración. 

Como lo expresa el poeta español Machado: «Caminante, se hace camino al andar». Al ir creciendo, comencé a descubrir que mi camino revelaba la formación gradual de mi ser como de una persona amada por Dios, cuyo amor nunca falla, pese a los momentos cuesta arriba y los momentos en que extravié el camino. 

El Camino me ha bendecido espléndidamente y hay momentos en que me siento de veras agradecido. Ocurren con frecuencia, sin esperarlo, cuando mi mujer y yo ejercemos de hospitaleros en la comunidad de peregrinos de Rabanal, con los monjes de vecinos. Quizás allí, día tras día, Dios nos está pidiendo en realidad que dejemos las comodidades del hogar y acudamos a limpiar los dormitorios y a lavarle los pies a los peregrinos. Allí serás bendecido. Parece una recompensa inverosímil, pero así ha sido y así es. A fuerza de acoger forasteros, escuchar historias y descubrir las honduras de la espiritualidad y hospitalidad benedictinas, nos hemos transformado. Nuestros corazones se han ensanchado. Lo poco que damos es insignificante comparado con lo que recibimos.

Al partir, encontrarás; al dar, recibirás.  Esta es, en mi experiencia, el mensaje del Camino de la vida.

Y ahora una carretera inédita se abre al futuro.  La autopista principal próxima a nuestra casa en el Lake District se ha sumido en un silencio inquietante durante 10 semanas. Las ovejas siguen pastando pacíficamente, pero hoy el tráfico de mercancías y el turismo están retornando. Pronto nos aventuraremos en un mundo post Covid 19 muy diferente. Será un sendero nuevo para nosotros, un Camino nuevo. Quizás Dios está diciendo ahora: deja lo que creías seguro, ve y reconfigura el mundo a mi imagen. Hazlo así, respeta la tierra, ama más, y serás bendecido espléndidamente. 

Rezo por todos los compañeros de viaje y, especialmente, por los monjes de las comunidades de Tororo y Rabanal para que este inspirador Camino virtual nos dé a todos valentía, compañerismo y la bendición de Dios de suerte que podamos cambiar el mundo para bien,  paso a paso.

Nos vemos la proxima semana.

Buen camino.  

ORACIÓN

Dios omnipotente y misericordioso, refugio nuestro en toda necesidad y fuente de todo bien, te damos las gracias por hacernos partícipes de tu misión. Incluso en medio de este tiempo incierto de pandemia,  concédenos la fuerza para seguir sirviendo a tu pueblo y que, a través de nuestro trabajo, alcance a experimentar tu amor y a mirar al futuro con esperanza. 

P. Fidelis, osb

Gracias a todos vosotros por poneros en Camino; gracias también por ser parte de este pequeño proyecto; gracias por vuestra oración, por vuestra ayuda y por vuestra compañía.


DONATIVO

Con tu ayuda contribuirás con bolsas de comida, material sanitario, suministro de agua, kits de limpieza…

Hasta la semana que viene!