COMUNIDAD


Querido hermano, los monjes del Monasterio de San Salvador te damos la bienvenida. Como benedictinos misioneros queremos compartir contigo nuestra vida monástica a través del trabajo, la hospitalidad y la oración.

¿Quiénes somos?

Era el 2 de febrero de 2001 cuando en nuestra Abadía de Santa Otilia, cercana a Munich, se procedía a la fundación del Monasterio de San Salvador del Monte Irago, en pleno Camino de Santiago. Ese día la Iglesia celebra la Presentación del Señor.

El sentido de la presencia, del “estar”, es tal vez una de las características fundamentales de la vida monástica. Nuestra misión, como monjes misioneros, no es sino estar presente en la realidad del Camino y hacer presente a Jesús, peregrino entre nosotros.

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La oración y el trabajo son los polos sobre los que se asienta la vida benedictina. Por eso, nuestra comunidad se reúne varias veces al día para celebrar la liturgia, glorificando y alabando a Dios “desde la salida del sol hasta su ocaso”. El trabajo ocupa también gran parte de la jornada del monje de Rabanal, el trabajo sencillo de las labores propias del monasterio, de la acogida y de la atención al peregrino.

El espíritu de acogida y hospitalidad, tan característico de la tradición benedictina, se manifiesta pues, de manera explícita en la invitación que diariamente ofrecemos a todos los peregrinos -creyentes y no creyentes- a participar en un mismo canto de alabanza a Dios, Padre de todos, a través de la Liturgia de las Horas.

Del mismo modo, a todos cuantos quieren hacer un alto en su Camino y encontrar un oasis donde poder descansar cuerpo, alma y espíritu, les invitamos a quedarse unos días en el monasterio, compartiendo el día a día de la comunidad, ofreciendo la posibilidad de un diálogo tranquilo y sereno, de una parada en su peregrinación, de unas jornadas de silencio, oración, reflexión… y todo vivido en la comunidad formada por monjes y peregrinos.

CAMINO y MONASTERIO

Camino de Santiago y Monasterio benedictino volvieron a encontrarse unidos, como tantas veces ocurrió en la Historia, en Rabanal. La comunidad habita un pequeño edificio, enclavado frente a la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción y junto al Refugio Gaucelmo. La fundación del Monasterio de Monte Irago en Rabanal del Camino, ha hecho de este lugar a lo largo de los años, uno de los centros de acogida cristiana más característicos del Camino de Santiago.

Monjes y peregrinos nos sabemos en camino, no ya hacia un lugar, sino al encuentro con Aquél que desde siempre nos está esperando.

Esto es lo que compartimos unos con otros: la búsqueda de Dios, nuestro Padre, en Cristo, por medio del Espíritu Santo; la ascensión espiritual hacia la Jerusalén celestial.