THANK YOU!
P. Javier Aparicio, osb
Monasterio Benedictino Rabanal del Camino
No sé, sinceramente, si la alegría de escribir estas últimas letras es por el hecho de dar por terminado este proyecto, o por recrearme en el gozo que han supuesto todas estas semanas de camino… Unos gustan de decir que la meta es el camino, mientras que otros están plenamente convencidos de que el camino es la meta. No lo sé…
Pero sí sé que, después de este tiempo caminando, camino y meta no se entienden la una sin la otra.
Era finales de mayo, cuando agobiados por la expansión de la pandemia, comenzábamos este “Camino online”. La intención era sencilla: caminar hacia dentro… y también hacia fuera. Han sido meses intensos; de hecho, las cifras hablan por sí solas. Poner en marcha esta iniciativa ha supuesto implicar a colaboradores, abades de nuestros monasterios, amigos que han escrito y plasmado en papel y en audio sus reflexiones; un equipo extraordinario de traductores que hacían posible que cada texto estuviera traducido nada más y nada menos que a seis idiomas: inglés, alemán, francés, coreano, italiano y español. En total, más de cuarenta personas que, generosamente, se han volcado en hacer realidad este proyecto. Han sido horas de montaje, de ir navegando por programas desconocidos, de grabaciones, de audios… de selección de fotos y textos. Al final de este Camino ha habido un intercambio de más de 450 correos electrónicos tratando de que todo estuviera preparado cada domingo. Entre esos correos también “peregrinos desconocidos” que se hacían eco de las reflexiones semanales, o de las visitas virtuales a cada uno de los monasterios.
A todos: gracias!
Gracias también a cuantos generosamente han colaborado con su aportación económica. Una ayuda que pronto llegará a varias de las comunidades más necesitadas y que siguen padeciendo las múltiples consecuencias de la pandemia. Lo antes posible, y una vez decidido el destino de los fondos recaudados, nos pondremos de nuevo en contacto con todos los donantes para informales personalmente de ello.
El Monte del Gozo es el lugar en el que los peregrinos vislumbran por primera vez las agujas de la Catedral de Santiago de Compostela. Después de semanas -tal vez meses- de peregrinación, el gozo y también la zozobra de contemplar el final se entremezclan de manera confusa en lo más profundo de su experiencia.
Seguimos inmersos en una situación que ha alterado nuestras vidas de forma salvaje, inesperada…y lo que es peor, con un futuro todavía incierto e impredecible.
Nuestro Padre San Benito fue un santo cuya sabiduría guió al mundo a través de edades oscuras, y continúa ofreciéndonos un rayo de luz con una enseñanza que apunta a Cristo. San Gregorio Magno nos dice que su respuesta a una pandemia fue muy práctica: San Benito repartió comida y aceite a la gente del lugar para asegurarse de que se mantuvieran bien con el mínimo imprescindible. Como escuchamos en boca de San Pablo en una de las lecturas de la fiesta de San Benito: “Vivid alegres por la esperanza, sed pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración” Romanos 12, 12.
Me gustaría concluir estas líneas con dos pensamientos que me han acompañado estos últimos días. El primero es fruto de la lectura de un libro que terminaba hace apenas una semana: “Humankind. A hopeful history” de Rutger Bregman:
¡No tengas miedo! «Así que sé realista. Sé valiente.Sé fiel a tu naturaleza y ofrece tu confianza. Haz el bien a plena luz del día y no te avergüences de tu generosidad. Al principio puedes ser descartado como ingenuo y crédulo. Pero recuerda, lo que es ingenuo hoy puede ser sentido común mañana. Es hora de un nuevo realismo. Es hora de una nueva visión de la humanidad.
El segundo de los pensamientos ha acompañado la biografía de una de las colaboradoras de este “Camino online” tanto a nivel profesional como espiritual:
«Espero que llegues a encontrar lo que le da a la vida un profundo significado para ti. Algo por lo que valga la pena vivir, tal vez un evento por el que valga la pena incluso morir, algo que te dé energía, que te entusiasme, que te permita seguir adelante. No puedo decirte lo que podría ser -eso es para que lo encuentres, para que lo elijas, para que lo ames. Sólo puedo animarte a que empieces a buscar y apoyarte en la búsqueda«. Ita Ford, M.M.
Con estos dos pensamientos ponemos punto final a “Camino online”.
Que Dios os bendiga a todos y os conserve en su paz.
Desde nuestro monasterio benedictino en Rabanal del Camino, a todos nuestro recuerdo y nuestra oración.