Fue el 2 de febrero del año 2001, en la Capilla de Santa Otilia de nuestra Archiabadía. El entonces padre Archiabad Jeremias Schröder fundó canónicamente nuestro Monasterio de San Salvador del Monte Irago. Han pasado, por tanto, 20 años.
En esta fecha celebra la Iglesia la Fiesta de la Presentación del Señor. Luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel, dijo el anciano Simeón, tal como leemos en el Evangelio según san Lucas.
Lumen caecis, Luz para alumbrar a los ciegos. Éste es el lema de nuestra Congregación Benedictina Misionera. Nuestro Monasterio, bajo la advocación del Santo Salvador, nuestro Señor Jesucristo, ha vivido su vocación monástica y misionera al servicio de los peregrinos que caminan hacia Santiago. Han sido veinte años de presencia monástica y misionera plenamente fructíferos.
Ahora mismo, la plaza de la Iglesia en Rabanal del Camino se encuentra vacía. La epidemia del coronavirus ha vaciado no sólo los caminos a Santiago, sino los caminos por los que transitaba normalmente nuestras vidas. Por eso, le pedimos este año al Señor que aparte de nosotros el azote de la enfermedad, que guarde a todas las familias, que consuele a cuantos han perdido un ser querido, que ayude a las personas que han perdido sus trabajos, y que infunda esperanza en nuestros corazones. Esperanza en su misericordia, esperanza en el poder del Señor, esperanza en su poder omnipotente.