En estos días en los que las puertas de nuestras iglesias están cerradas, el Monasterio de San Salvador del Monte Irago quiere teneros presente en nuestras oraciones.
A Dios nada de lo humano le es ajeno. Por eso quiso encarnarse y hacerse uno de los nuestros. Es más, por puro amor se entregó a la muerte. Y por puro amor a todos nosotros, Dios Padre lo ha resucitado de entre los muertos. Es la Pascua, el paso de la muerte a la vida.
Él que ha sufrido muerte de cruz vive ahora para siempre entre nosotros. Que su particular peregrinación nos reconforte a todos y nos llene de paz y esperanza en este tiempo de prueba.
Dios todopoderoso y eterno, refugio en toda clase de peligro, a quien nos dirigimos en nuestra angustia; te pedimos con fe que mires compasivamente nuestra aflicción, concede descanso eterno a los que han muerto, consuela a los que lloran, sana a los enfermos, da paz a los moribundos, fuerza a los trabajadores sanitarios, sabiduría a nuestros gobernantes y valentía para llegar a todos con amor glorificando juntos tu santo nombre.Por nuestro Señor Jesucristo. (Congregación del Culto Divino, Misa en tiempo de epidemia).