31 Mayo
Pentecostés
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Muchas personas estarían pensando hoy en coger un vuelo, en comenzar unos días de descanso… en hacer el Camino de Santiago, o en desconectar unos días del ritmo frenético de nuestra vida diaria. Pues no, creo que no es tiempo para ello, incluso aunque Pentecostés haya sido otros años y en muchos países el comienzo de unos días de vacaciones. Este año no toca.
Hoy es Pentecostés, pero ni vuelos, ni trenes, ni tráfico… ni Camino, ni viajes, ni hoteles; apenas gente en las calles, comercios cerrados, restaurantes a medio gas, y media humanidad todavía confinada en sus casas, con más o menos limitaciones de movimientos.
A pesar de ello, hoy sigue siendo Pentecostés, final de etapa, y, al mismo tiempo, comienzo de un nuevo tiempo. Ha terminado la Pascua, y en clave religiosa hoy celebramos que Jesús cumple ahora su promesa de enviarnos el don del Espíritu para continuar una nueva andadura, un nuevo camino.
De hecho hoy es buen día para ponernos en Camino, para motivarnos con nuevas metas, para cargar con nuestra “mochila” y emprender una aventura que nos lleve a descubrir nuevos horizontes, allá donde el Espíritu sigue soplando con fuerza.
Y por eso os proponemos la aventura de unirnos en este Camino virtual.
Camino online es la invitación que nuestro Monasterio de Rabanal os lanza a todos los que, en medio de una situación como la actual, no tenéis miedo, ni a entrar dentro de vosotros mismos, ni tampoco a salir de nuestro yo, de nuestro pequeño mundo, de nuestro ego y de nuestros ego-ísmos.
Pentecostés es el comienzo de la misión en la Iglesia, es el momento del envío, de salir, de anunciar, de conocer y compartir, de abrir puertas y ventanas y dejar que el Espíritu sople con fuerza… Desde hoy y hasta finales de agosto queremos invitaros a peregrinar por muchos de los monasterios de nuestra Congregación misionera, desde las comunidades más jóvenes como Egipto o Cuba, hasta fundaciones ya más consolidadas en Filipinas o Tanzania, en la India o en Venezuela. Cada semana una reflexión nos acompañará para que esa peregrinación no sea solo una simple visita virtual, superficial, sino que sea ocasión de caminar hacia dentro, hacia ese lugar donde el Espíritu de Pentecostés y el Pentecostés del Espíritu nos anima a vivir en esperanza, en solidaridad y en confianza.
Ojalá que este Camino online despierte en todos nosotros alegría, paz, paciencia y afabilidad, lealtad y amor, modestia y generosidad… todo ello frutos del Espíritu que se nos regalan en un día como hoy.
Porque hoy es Pentecostés. Hoy no toca volar. Dejemos que sea el Espíritu quien vuele por nosotros, quien vuele a nosotros, y se pose en nosotros… y con nosotros recorra paisajes llenos de humanidad, de sufrimiento, de lucha y esperanza, de necesidades y de alegrías, de futuro…
Camino online es también un proyecto solidario. Sí, hay ocasiones en las que hay que ser solidario de manera muy especial. Camino online nace de una necesidad: la necesidad de sabernos misión en medio de nuestro mundo. Muchas de nuestras comunidades han comenzado a sufrir de manera dramática los efectos de esta pandemia. Varios de nuestros monasterios en la Misión cuentan con hospitales, centros de salud; otros con escuelas y centros de formación profesional para jóvenes; muchos de los trabajadores ahora viven también una situación precaria e incierta. Todos esos monasterios se encuentran en lugares extremadamente vulnerables como Kenia o Venezuela, como Togo, como Sudáfrica; todos ellos colaborando y trabajando por el desarrollo humano y espiritual de esas regiones; todos ellos con necesidad y con la esperanza de que también nosotros salgamos en su ayuda, especialmente en momentos como el que estamos viviendo.
Por eso Camino online quiere también recaudar fondos para ayudar a esas comunidades; en ocasiones con material sanitario básico, con kits de alimentación o reparto de agua potable… con una ayuda que les haga ver con claridad: “Sí, tú me importas”. Gracias a la estructura internacional de nuestra Congregación misionera, todo lo recaudado se enviará íntegra y directamente a suplir esas necesidades.
Muchos de nuestros países han levantado fronteras a las que ya no estábamos acostumbrados. Nuestro mundo sigue construyendo muros que nos separan los unos de los otros. Nos cuesta incluso aceptar que todo esto esté realmente sucediendo. En medio de toda esta situación, el Espíritu de Pentecostés nos invita a romper las fronteras de la indiferencia, a trabajar por crear espacios de comunión, de diversidad, de comprensión, de entendimiento…
Padre nuestro,
por los dones de tu Santo Espíritu,
concédenos la gracia
de ser testigos del Evangelio,
valientes y tenaces,
para que la misión encomendada a la Iglesia,
que aún está lejos de ser completada,
pueda encontrar manifestaciones nuevas y eficaces
que traigan vida y luz al mundo.
Gracias a todos vosotros por poneros en Camino; gracias por ser parte también de este pequeño proyecto; gracias por vuestra oración, por vuestra ayuda y por vuestra compañía.
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Con tu ayuda contribuirás con bolsas de comida, material sanitario, suministro de agua, kits de limpieza…
Hasta la semana que viene!